Muy grata la visita y comida que tuvimos en Bodega La Sorbona (Fuensaldaña). Un sitio con la autenticidad que le otorga su emplazamiento, en una bodega del siglo XIII adaptada para la restauración, y sus cuatro comedores en los que, desde 1969, Félix nos ofrece platos y raciones desde el formato más tradicional.

En esta ocasión dimos buena cuenta de espléndidas raciones de embutidos y queso, morcilla frita, revuelto de guisantes, riñones a la plancha y patatas a la importancia, para terminar con kilo y medio de carne fileteada a la piedra.

Pan de pueblo, mantel de papel, clarete en jarra y café de puchero. La gastronomía de la tierra de toda la vida bien elaborada, vaya. Nos quedaron pendientes sus mollejas y chuletillas de lechazo, de las cuales también nos han hablado estupendamente.