Teníamos pendiente la reseña de esta taberna tan singular situada en Castillo, Cantabria. La única pega es que no abre de nuevo hasta finales de marzo de 2016, así que tendremos que esperar a la primavera para poder disfrutar de La Taberna de Rufino en uno de nuestros viajes a la hermosa Cantabria.
La Taberna de Rufino es una parada obligatoria en el camino entre Castilla y León y el norte, tan obligatoria que el establecimiento está a pie de carretera. Una recomendación que vino de la mano de Luis Gil por la calidad de los productos y la alegría de su personal.
Cocina sencilla, que incluye raciones tapas y raciones, no excesiva variedad pero si calidad. Taberna Rufino también dispone de una pequeña tienda donde poder adquirir algunos de los productos que sirven (quesos, conservas…), ¿quién puede resistirse a esas espectaculares anchoas?
No te pierdas los huevos de corral, las alcachofas o la quesada casera. Sirven vinos de grifo de barrica y no tienen televisión, ¡la mejor red social que puede haber!. Una de las cosas que más nos gustó de esta Taberna ‘de toda la vida’ es su compromiso con el entorno, sin duda están orgullosos de la naturaleza y recursos turísticos de Cantabria.