Recomendado por nuestro buen amigo y viajero gastrónomo Fernando Jiménez, La Tucho fue en sus comienzos, en 1956, una antigua tienda de ultramarinos. Situado al lado del convento de Corbán y a 5 minutos de la bonita playa de la Virgen del Mar, a las afueras de Santander.

Es afamado en Santander para ir a tomar el aperitivo del fin de semana, con sus magníficas rabas y soleras de blanco, por lo que si se quiere ir a comer es mejor reservar antes.

Destacamos la calidad de sus productos, siendo su especialidad los pescados y mariscos, cocinados de manera tradicional, a la plancha o al horno, y presentados en piezas grandes. A resaltar especialmente el rape y la merluza rebozada y, por supuesto, las rabas.

Podemos decir que el restaurante se rige por el mercado más que por la carta y hacer también mención a la extensa carta de vinos que dispone.

El trato del personal es cercano, bueno y correcto. Dispone de parking para los clientes y una terraza que da gusto estar cuando hace buen tiempo.

Otra de las cosas a tener en cuenta, tanto en el bar como en el restaurante, es la buena preparación de las copas, elaboradas con mimo como en pocos sitios y a buen precio.

Por tanto, local con excelente materia prima, buena ejecución de las preparaciones y sin grandes pretensiones, que hacen que la visita a este sitio sea una agradable y buena experiencia gastronómica.