Venta de Eslonza es uno de esos lugares paladar y tomar que tanto nos gustan en esta guía… a saber: único local de hostelería de un pueblo pequeño donde se cuidan al mínimo todos los detalles que han de encandilar al viajero, paraje de montaña, buen trato por parte de su dueño Cándido y como no, muy buena comida. El restaurante y bar se “alojan” en las antiguas escuelas del pueblo, de manera que el edificio conserva ese encanto de un edificio de toda la vida donde los grandes ventanales y su morfología externa recuerdan su antiguo uso.

El interior, acogedor y con predominio de madera y con objetos de decoración antigua contribuyen al cálido ambiente alrededor de la chimenea, con leña ardiendo en los meses fríos. Nuestra Recomendación Paladar, además del lugar en sí, a su comida, entre la que destacamos los canutillos gratinados con mouse de foie y cecina, el queso de cabra frito con confitura de melocotón, sus croquetas caseras y los huevos fritos campechanos con patatas, bacon y tomate frito natural. En general, buena relación calidad-precio en un paraje cercano a Riaño y la ruta del Cares, que además cuenta con alojamiento de albergue.